Fuente: Facebook de Luis Miguel Rivera Beltrán
Por: Karina del Sol Gónzalez & Génesis Declet
El atleta Luis Miguel Rivera Beltrán nacido el 25 de abril de 1997 en Manatí, Puerto Rico, juega actualmente en el Baloncesto Superior Nacional para los Piratas de Quebradillas en la posición de armador.
Nace un atleta y el amor por el baloncesto
Sus inicios en este deporte fueron gracias a su madre que lo colocó en diferentes equipos deportivos. A la misma vez que empezó jugando baloncesto, igualmente practicaba pelota. En este segundo deporte practicaba las posiciones de segunda base y campocorto. Estuvo en ambos hasta la edad de 14 años cuando decidió dedicarse únicamente al baloncesto. Ya estando completamente comprometido con este deporte, siempre le gustó usar el número 4 en su camisa. Y es que su mamá se lo pedía porque a esa edad lo colocó en el mundo del deporte. Además del baloncesto y la pelota también llegó a jugar soccer y voleibol en el Colegio Nuestra Señora del Carmen en Hatillo donde cursó desde tercer grado hasta el undécimo.
Durante el quinto y sexto año se le acercó un scout para que el armador usara el uniforme del equipo de “The TASIS School” ubicado en el pueblo de Dorado. Para lograr aceptar la invitación debía hospedarse a esa temprana edad en Dorado ya que Rivera Beltrán vivía en Camuy y claramente le quedaba muy lejos. Nuevamente, lo mismo ocurrió en el noveno grado, esta vez con los colegios San Felipe y Capitán Correa de Arecibo. En esta ocasión tampoco aceptó la oferta, pero fue por otras razones.
Inspiración y anhelo
Todo deportista que quiere llegar a jugar profesionalmente, se inspira en jugadores grandes. En este caso, el atleta que inspiró a Rivera durante su niñez fue Carlos Arroyo, debido a que en ese entonces era el atleta boricua con mayor nombre en la NBA. Eventualmente, José Juan Barea llega a la misma liga convirtiéndose, de la misma manera, en inspiración para el joven atleta.
En undécimo grado, el baloncelista realizó que realmente se veía jugando este deporte como una profesión. Es por eso que decidió notificarles a sus padres y les dejó saber su interés de mudarse a los Estados Unidos para así poder desarrollarse, tener oportunidades y en el mejor de los casos, alguna beca universitaria.
Exponiendo su talento
A mediados del grado once cursó en Celebration High School en Orlando, Florida. En esa escuela superior, a diferencia de Puerto Rico, un estudiante que esté en su junior year puede jugar con los de último año. Este suceso le ocurrió a Luis; sin embargo, al inicio no fue algo tan positivo como él pensaba que sería.
Ya estando en esta categoría de su escuela, no jugaba mucho minutos. Inquietado, le comentó al entrenador que él estaba allí por un propósito: jugar y ser expuesto. Respetuosamente, le pidió que si no iba a tener mucha participación con los de último año lo bajara a la categoría junior. En esta categoría pudo lucir y resaltar. Tan pronto comenzó ya promediaba alrededor de 35 puntos por juego. Seis juegos después, el entrenador apreció más su talento y lo llamó pidiéndole que volviera a jugar con los seniors.
En esa escuela superior logró romper el récord de más triples anotados en un partido. Fueron un total de ocho, y en ese mismo juego anotó 36 puntos. No estaba en sus planes hacerlo, pues al momento no sabía que había hecho récord, se enteró al día siguiente. Esto por medio del noticiero estudiantil, cuando en el mismo se habló sobre el juego y mencionaron lo que Rivera Beltrán había logrado.
Sin embargo, el joven no se enteró de esa manera, ya que el televisor de su salón de clase no funcionaba. Tan pronto salió a los pasillos los estudiantes se lo dijeron y eventualmente, los entrenadores también.
Acercándose al sueño
Durante sus años en la Universidad tuvo varias ofertas, pero lamentablemente, al no pasar un examen de lectura, no las pudo aceptar. Esto le causó mucha frustración, pues su GPA era de 4.0 y por tan solo no pasar esa prueba no pudo jugar en la primera división de la NCAA.
Al final, Rivera Beltrán tuvo que buscar una Universidad. Este decidió asistir a Miami Dade College y allí realizó los tryouts para entrar al equipo. En ese primer año no obtuvo tantos minutos como otras veces, pues el equipo ya estaba armado. En su segundo año obtuvo más minutos y logró demostrar su talento.
El sueño hecho realidad
En cuanto se acabó la temporada en el baloncesto universitario, Beltrán decide tomar unos días de vacaciones y regresar a la Isla. En Puerto Rico, se comunicó con la gerencia de los Piratas de Quebradillas y estos le permitieron practicar con ellos. Al paso de tres días practicando con los Piratas, el equipo le pide que posponga el vuelo de regreso a Miami. Dos días después, recibe la gran noticia de que la gerencia de los Piratas de Quebradillas lo reclama como jugador de la plantilla del equipo en el 2018.
El joven hace los ajustes necesarios con la Universidad en Miami y regresa a su Isla natal, pero ahora siendo parte del Baloncesto Superior Nacional de Puerto Rico, conocido por sus siglas “BSN”. Desde pequeño, su equipo de preferencia eran los Piratas de Quebradillas y esta oportunidad de jugar con ellos “fue el sueño del sueño hecho realidad”.
Puertas que se van abriendo: exposición internacional
Tan pronto terminó su primera temporada en el BSN, Rivera Beltrán participó en otras ligas. Fue muy destacado en la Liga de Baloncesto “Jaime De la Cruz” conocida por sus siglas “JDC”, en la cual jugó para los Arenosos de Camuy. En la mencionada liga obtuvo varios premios y récords, entre ellos: League Scoring Championship, B2B, Top 10 on Assist, All Star First Team y jugador de la semana.
“Tengo que demostrar mi talento si quiero la oportunidad aquí”, dijo refiriéndose al BSN. “Mi enfoque era ‘tengo que jugar y jugar bien, no tengo más opción’ y siempre iba al juego con la misma mentalidad de jugar bien, porque si no puedo jugar aquí, ¿Cómo voy a jugar allá?”.
En la Liga Intermedia de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico, Sub 22, Rivera Beltrán logró llegar al All Star y los playoffs, pero, al preguntarle sobre si estos fueron sus primeros All Star se rió y nos comentó que los primeros fueron a sus cinco años de edad. De ahí en adelante, jugó el All Star en el duodécimo grado y luego en la liga Sub 22. Sobre los playoffs tampoco fueron sus primeros ya que en la escuela superior también logró cualificar a la ronda de playoffs donde pierden contra un equipo, que actualmente tiene jugadores en la NBA.
La Liga Atlética Interuniversitaria conocida por sus siglas “LAI”, es una institución sin fines de lucro deportiva que organiza y celebra un programa deportivo entre las Universidades de Puerto Rico. En dicha liga, Rivera Beltrán jugó para los Lobos de Arecibo donde ganó la mayor cantidad de juegos de la Universidad en los últimos 5 años. Obtuvo el premio de Team Leader Scorer.
Cabe destacar que Rivera Beltrán también ha participado en ligas internacionales como lo fue su paso por los Marlins en México. La oportunidad se da cuando los Marlins se comunican con su agente y Beltrán acepta. En los primeros dos juegos logró anotar 60 puntos. Mantenerse en la mencionada liga se convirtió en una de sus metas. “Si no meto ‘bola’ allá en México en una liga que quizás es inferior a la de aquí, pues igual no voy a poder jugar acá”, expresó Rivera Beltrán, quien viajó a México con la misma mentalidad de jugar bien para lograr quedarse.
Luego de su participación en México, pasa a jugar a El Salvador. Los últimos le ofrecieron jugar en la liga desde mucho antes de la pandemia y, a causa de esta, todo se paralizó. Dos años más tarde de las primeras ofertas, Beltrán logra jugar con ellos.
“La liga se juega en canchas de cemento y es más duro. Quizás porque el nivel de acá es mucho más fuerte, la gente piensa que es fácil jugar esas ligas, y no es tan fácil como la gente piensa. Allá a veces no saben jugar el baloncesto como debe ser y tú vas de refuerzo, no puedes buscar problemas ni nada. Uno tiene que aguantar”, comentó sobre la liga de El Salvador.
Rivera Beltrán aspira a seguir jugando esa liga y no descarta que sea así en los próximos años. Su mayor meta era poder jugar baloncesto profesional, ya fuera aquí en Puerto Rico jugando baloncesto superior o internacional, pues según él estaría feliz ante cualquier oportunidad.
Cabe mencionar que terminó con excelentes números en ambas ligas: en México doble doble (que es cuando se encesta doble dígito en dos categorías del juego, ya sea entre puntos, rebotes, asistencias, robos de balón o tapones) 26.8 puntos y 10.7 asistencias; y en El Salvador 19.5 puntos y 8.5 rebotes. Ante esto, Rivera Beltrán expresó: “Sí estoy satisfecho de lograr pues mis metas, pero uno como humano piensa que cuando logra una quiere más, así que, todavía no estoy conforme con lo que he hecho”, Cuando se le preguntó sobre algunas metas que le faltan de cumplir dijo que quisiera jugar en alguna liga en Europa, no importando qué división sea.
Mi consejo que siempre doy es que no importa lo que tú hagas o que esté pasando en tu día, si tienes un objetivo, lucha por él. Aveces el camino no es tan fácil; ni compararte con otros, a veces otros tienen el camino trazado fácil para lo que quieren, otros no lo tienen y no tienes por qué rendirte. No importa si es el deporte, puede ser para un médico o lo que sea que estés estudiando, si tú quieres lograr algo, lucha por eso, que sí se puede”
expresó el jugador de baloncesto profesional, Luis Miguel Rivera Beltrán.