Foto: UPR en Arecibo

Por Marianely Figueroa

La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Puerto Rico (OSHA, por sus siglas en inglés) visitó durante la tarde de ayer las facilidades de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA) para atender cuatro querellas por parte de distintos empleados con relación al COVID-19 y la preocupación ante la falta de distanciamiento físico en los salones de clases.

Roxana J. Rosa Domenech, Especialista en Seguridad y Salud III de la OSHA realizó el recorrido donde llevó a cabo un muestreo en distintas áreas, entre ellas los salones de clases, donde midió la distancia entre pupitres con cinta métrica.  

En el recorrido participaron el Dr. Inocencio Rodríguez, Decano de Asuntos Académico; el Sr. Esteban Butler, representando la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND); un miembro del sindicato y el Sr. Ramón Torres Santiago, Oficial de Salud, Seguridad Ocupacional y Ambiental.

Profesores y estudiantes de la UPRA han expresado sentirse preocupados ante la falta de implementación de medidas concretas para evitar la propagación del COVID-19 y el manejo de los posibles casos positivos.

Una estudiante de quinto año de Microbiología Ambiental del Departamento de Biología, quien prefirió no ser identificada, expresó que el distanciamiento en los salones entre pupitres “es una falacia inventada para la foto”.

“Me parece una falta de respeto para todos aquellos que se preocupan por el bienestar propio y de su familia que todo sea por la carátula del recinto, pero cuando entras es otra cosa. Los pupitres están pegados uno del otro, cuando se entra o se sale del salón parecen rebaños de personas, el mismo estudiante no es consciente. He estado en salones con 50 personas (incluyendo al profesor, esto es en el AX101), con 32 estudiantes y de 20 a 25 en mis otras tres clases”, explicó la estudiante.

A su vez, agregó que las medidas que la administración estableció para combatir los contagios no representan la realidad que se vive en el recinto.

“Adicional a que no hay distanciamiento entre sillas, no hay toallas desinfectantes, algunos termómetros ya están empezando a dañarse o sin carga y cada vez que voy al AX101 a mi clase de los martes y jueves, el purificador de aire está apagado. Yo, como persona que velo por mi salud y de las demás personas en mi hogar, me he tomado el atrevimiento de encenderlo pero hasta me atrevería decir que, según los metros cuadrados de cada salón, debería estar configurado de alguna forma que no sea solamente encenderlo y ya”, dijo.

Purificador de aire apagado en el salón AX101

Por su parte, Alex M. López Romero, estudiante de Comunicación Tele-Radial en la UPRA, categorizó como ilógico y absurdo el protocolo que estableció el Oficial en Salud, Seguridad Ocupacional y Ambiental, Ramón Torres Santiago, en una reunión el pasado 2 de septiembre con las directivas de las asociaciones estudiantiles.
“En la reunión se discutió que, en el lobby, que si se incluye la plazoleta es inmenso, solo pueden haber dos mesas de asociaciones por día y sabemos que los únicos días que podemos realizar ese tipo de actividad son los martes y jueves, que es cuando tenemos la hora universal y hay más estudiantes libres. Lo encuentro absurdo, cuando pueden haber fácilmente 10 mesas ubicadas con mucho distanciamiento y al aire libre”, puntualizó López para A Cuentagotas.

López añadió que incluso les solicitan seis pies de distancia entre las personas alrededor de la mesa aún cuando es en un espacio abierto.

“Son restricciones que nos limitan a crecer y desarrollarnos como asociaciones luego de estar año y medio con algunas inactivas y en donde perdieron miembros. Ahora que podemos crecer ya que volvemos presencialmente nos están limitando únicamente a nosotros porque permiten al decanato de asuntos académicos tener a 30 alumnos en un salón. Es algo ilógico”, sostuvo. 

Entre otras preocupaciones por parte de los estudiantes se destacaron algunos salones de clases que, luego de año y medio, aún permanecen sin aire acondicionado. Un ejemplo de esto es el salón AC106, que López Romero apuntó lleva alrededor de tres semanas sin aire.

Por otro lado, el estudiante Eduardo Raúl Rodriguez ha ido en dos ocasiones a la cafetería y los empleados se encontraban sin mascarilla.

“He visto conserjes por los pasillos sin mascarilla. He ido dos veces a la cafetería y en ambas ocasiones me he ido sin consumir nada ya que en las dos ocasiones estaba el mismo empleado bregando con la comida sin mascarilla. A causa de esto, no pude almorzar”, lamentó Rodríguez.

A su vez, entre las medidas de prevención se incluye el lavado de manos y la estudiante de microbiología ambiental declaró que “los baños de los anexos, los 100, los 200 (menos el de CCOM y los 300) están dañados o clausurados, en especial los de damas. No sé qué situación hay con esto pero entiendo que ese mantenimiento a los baños no se les da desde que nos fuimos hace un año y medio. Aunque el de los 100 desde que entré a la universidad (hace 5 años) siempre ha estado dañado”.

Protocolos para evitar la propagación por Covid-19 
Antes de iniciar el semestre académico, el 17 de junio se indicó mediante un comunicado de prensa a toda la comunidad universitaria, que las clases se retomarían de manera presencial pero que el sistema universitario iba a mantener los cursos en las modalidades virtuales e híbridas para quienes prefirieran continuar estudiando a distancia.

Sin embargo, el plan que iba a permitir que un porcentaje de los alumnos estuviera de manera presencial y otro porcentaje estuviera de manera virtual simultáneamente, quedó en nada.

El profesor del Departamento de Humanidades, José F. Alberty, indicó que el rector envió una carta el 29 de julio confirmando “dónde se estrelló todo este plan”. En la carta a la comunidad universitaria, el rector admite que las pantallas electrónicas de las cuales había hablado la decana académica, Weyna Quiñones Castillo, junto con un equipo electrónico y unas mascarillas especiales para los profesores, no iban a llegar para la fecha esperada.

“En vez de ajustar el ofrecimiento académico a la realidad que estaban teniendo donde el rector indicaba que las pantallas no llegaban hasta el 20 de agosto, que era la fecha que decía que iban a llegar, ya estamos en septiembre y no aparecen. En vez de analizar que había un problema y establecer más cursos asistidos por tecnología porque si no íbamos a tener un problema en los salones, no ajustaron”, argumentó Alberty.

Al momento, UPRA se rige por la Guía para la prevención del COVID-19 en escuelas de kínder a 12º grado la cual establece que se debe mantener una distancia de al menos 3 pies entre los estudiantes, independientemente del estatus de vacunación.

Sin embargo, la administración destacó que se podrá modificar esa distancia cuando no sea posible mantener los tres pies de distancia con el propósito de asegurar que no se excluyan estudiantes de la institución. 

“En otras palabras, la administración justifica el tener 30 alumnos en un salón de clases sin distanciamiento con la excusa de que ellos tienen derecho a estudiar y estar de manera presencial”, enfatizó Alberty.

En una entrevista con el periodista Julio Rivera Saniel, el rector Carlos A. Andújar comentó que, si no se podía cumplir con el distanciamiento, se podía utilizar otras alternativas como utilizar barreras físicas, a lo que él mismo añadió que era difícil colocarlas en todos los salones.

“Nuestra arma ante algunos “issues” de que no tenemos distancia son los purificadores de aire. Es un purificador que cambia el monóxido de carbono a oxígeno. Además, lanza cargas electrostáticas que se conoce científicamente que atacan virus, atacan bacterias y las destruyen. Estos purificadores están en todos los salones, aunque con mucha lastima algunas personas los han dañado. Esta es nuestra arma de batalla junto con que estén vacunados”, detalló Andújar.

¿Cuán efectivos son los purificadores de aire para combatir la propagación del Covid-19?

Un artículo publicado por la Agencia de Control Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) señaló que cuando se utilizan correctamente, los purificadores de aire pueden ayudar a reducir los contaminantes del aire e incluso los virus en un hogar o espacio cerrado. No obstante, por sí solo, un limpiador de aire portátil no es suficiente para proteger a las personas contra el COVID-19. Cuando se utiliza junto con otras prácticas óptimas recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, operar un limpiador de aire puede formar parte de un plan para protegerse usted y su familia. 

Los epidemiólogos han advertido que no se puede descansar en una sola técnica para enfrentar el COVID-19. Pese a que un purificador de aire es una buena estrategia para combatir el virus, la recomendación principal y que siempre debe prevalecer es el distanciamiento físico de seis pies y el uso correcto de mascarillas.

Casos positivos por Covid-19 en el recinto

En el informe semanal más reciente sobre contagios de COVID-19, la administración informó a la comunidad universitaria que se reportaron cinco (5) casos positivos de coronavirus de la semana del 29 de agosto al 4 de septiembre y cuya exposición fue fuera de la universidad.

Sin embargo, la profesora de estadísticas, Martha Quiñones Domínguez, aseguró en expresiones escritas a través de Facebook que se conoce que dos jóvenes están contagiados por COVID-19 en la UPRA y siguen asistiendo. Igualmente mencionó de otros casos de estudiantes contagiados en otros cursos y que aún así continúan participando de sus clases presencialmente.

“El rastreo, los y las profesores se enteran por los estudiantes y no por la administración, rastreo en el protocolo en papel y divulgado por internet pero nada de acción”, dijo Quiñones.

Por otro lado, González, estudiante del Departamento de Enfermería manifestó a A Cuentagotas que se hospeda con una estudiante, del departamento mencionado, que le cambiaron su clase presencial a virtual ya que hubo un caso positivo avisado una semana después del incidente en su salón de clases, y debían realizarse la prueba de COVID-19.


“Yo fui buscando una orden médica para realizarme la prueba ya que comparto habitación con ella y no me la dieron, ya que según ellos no era necesario porque no teníamos síntomas, así que tuve que poner de mi dinero para hacerme la prueba”, precisó.

José F. Alberty señaló que el profesor Angel Betancourt tuvo un estudiante que dio positivo con síntomas y en su salón no tenía ni purificador.

Sobre las expresiones de presuntos casos positivos, el rector recalca que lo que alegan los profesores y estudiantes es totalmente falso y que “son por parte de personas que atacan constantemente a la administración”.

Protocolo a seguir por los estudiantes en UPRA

Posibles soluciones

“Si yo fuera rector, privilegiaría las clases con laboratorios y darles los salones que cumplan el distanciamiento físico para que tengan sus clases con seis pies de distancia. Para mí son super importantes las clases que tienen laboratorios como Física, Química, Enfermería, Comunicación Tele-Radial; darles las mejores facilidades. Las otras clases, irnos a clases asistidas por tecnología, los que están híbridos se quedaban híbridos, los que tienen a distancia seguir, pero ampliar más cursos asistidos por tecnología”, recomendó Alberty.
A la pregunta de si los profesores pueden elegir la opción de clases a distancia o híbrida respondió que no, ya que aunque todos los profesores están adiestrados en cursos asistidos por tecnología, para poder dar clase de manera híbrida necesitan una certificación especial. 

Por su parte, Juan Luciano, profesor de Comunicaciones, cuestionó que, si los profesores estuvieron año y medio ofreciendo cursos asistidos por tecnología virtualmente, por qué resulta un problema ahora.

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