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Por Alondra Figueroa Salamán
A tres años del embate del huracán María en Puerto Rico, todavía hay personas que no se han recuperado por completo. Ese es el caso de José Luis Camacho Rivera, un residente de la comunidad Buena Vista en Hato Rey. Camacho -un señor de 75 años- ha vivido toda su vida en la mencionada comunidad. “Yo vine de tres meses aquí, un bebito de tres meses”, compartió Camacho.
Camacho mencionó que durante el paso del huracán se tuvo que quedar dentro de su casa, la cual era de madera. “Había un baño ahí atrás me escondí allí, estuve como 9 horas ahí”, relató el residente de Buena Vista. Aunque en la calle donde vive no se inunda, perdió su casa la cual tenía unos 9 pies de altura como consecuencia de los vientos y lluvia del huracán María.
Camacho quedó devastado con la pérdida de su hogar y, según él, solo “pensaba en dónde meterme, en que hacía”. Su vecino de la casa de al frente le dio alojamiento y actualmente lleva tres años viviendo en el cuarto que le fue prestado. Su vecino no le pidió ningún tipo de dinero, sin embargo, Camacho le paga cien dólares mensuales de su seguro social.
De la misma forma, Camacho indicó que enfrenta una batalla contra el insomnio y el calor de su cuarto que siente que lo sofoca.
“Yo lo que quisiera es que me haga mi casita. Después de que yo tenga mi casita yo estoy bien y ya. Eso es lo que me interesa, estar en mi casa. Porque ahí estoy en ese cuarto y no, no es lo mismo que vivir en mi casa”.
Luis Camacho Rivera
El Grupo de las Ocho Comunidades Aledañas al Caño Martín Peña (G8), quienes son una organización sin fines de lucro de base comunitaria, reparó 113 techos de familias afectadas, entregaron materiales, información, entre muchas otras ayudas luego del huracán.
Bajo el G8 está la comunidad de Buena Vista en Hato Rey. Iris Rijo Matos, quien forma parte de G8, es la líder comunitaria de esta comunidad y está ayudando a Camacho.
Iris Rijo Matos mencionó que la lenta recuperación de las comunidades ha sido por “la incompetencia del gobierno y su burocracia”. Resaltó que el gobierno no ha ayudado a las personas con su recuperación luego del huracán y ellos han tenido que ser sus “propios actores”. Rijo Matos expresó que tampoco han sentido que el gobierno ha dado la ayuda que realmente se merecen.
Ella y su hija -Aileen Rivera Rijo- quien también es líder comunitaria- han ayudado en todo lo que han podido a Camacho. Rijo Matos fue quien demolió las ruinas que quedaron en el terreno de Camacho para poder entonces construir su casa en el mismo lugar nuevamente
Camacho confirmó que estas líderes comunitarias han sido las únicas personas que lo han ayudado, además de la Agencia Federal para Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) quienes le dieron $5,000 dólares luego de haber perdido todo.
Según Camacho, ese dinero le fue dado por si necesitaba mudarse a otro lugar, ya que su propósito no era para la construcción o acondicionamiento de su hogar.
“Fuimos a la oficina de la vivienda y decían que no me podían ayudar ni nada, tampoco el gobierno, esa alcaldesa de San Juan (Carmen Yulín Cruz Soto), no”, declaró Camacho.
A Cuentagotas se comunicó con el municipio de San Juan pero no se encontraban disponibles, según informó Luis Tolón.
A pesar de que tiene una hermana y tres sobrinas quienes viven en el pueblo de Carolina, Camacho no las ha visto en 5 años ya que -según él- no existe un servicio de transportación público que lo pueda llevar hasta Carolina.
Aunque todavía se necesitan algunos materiales para terminar su nuevo hogar, Camacho explicó que su necesidad mayor es tener personas dispuestas a trabajar en mano de obra. Aún así, no pierde la esperanza. “Nunca es tarde si la dicha es buena, uno espera y sale mejor a veces”, declaró Camacho.
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