Por Zulymar Droz Guerrero
Al final de la calle Cruz Roja, en Barrio Obrero en Arecibo, reside Juan Morales al borde del abismo. Y es que su hogar, que tiene alrededor de noventa años de construido, es amenazado por la furia del océano Atlántico.
La casa de Juan se ha visto afectada por la erosión costera en la zona. La fachada recién pintada de la residencia le da una apariencia de lugar seguro, pero toda su parte posterior es sostenida por pedazos de madera que él mismo ha colocado poco a poco.
“La erosión se puso peor después del [huracán] María (…) Como sé de construcción le hice una zanja y la lleno de piedras que voy rellenando. Hago bastante y sin ayuda”, expresó.
Morales aseguró que solicitó ayuda a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y al Municipio de Arecibo. Sin embargo, Juan Morales acotó que “la ayuda se ha quedado en promesas políticas”.
Christin Ghany, quien también reside en el barrio desde hace 40 años, dijo que el alcalde de Arecibo, Carlos Molina Rodríguez, solo visitó la comunidad hace un año acompañado con personal de la Oficina Municipal para el Manejo de Emergencias en Arecibo.
“Ellos prometieron muchas cosas, pero no vienen aquí. Ellos están haciendo otras cosas, fiestas para otra gente. [A] ellos no les importa la gente de barrio Obrero, se olvidaron de nosotros”, agregó Christin Ghany, una mujer que se dedica a cuidar a su hijo discapacitado.
Carmen Coll, vecina de la comunidad, también coincidió en que “han venido políticos y dicen que eso lo tienen en agenda”. Pero que, “después de eso, no han vuelto más”.
La mujer mencionó específicamente los siguientes nombres: José “Memo” González, representante del distrito, y los senadores Ángel Martínez Santiago y José “Joito” Pérez.
“El municipio no cuenta con los recursos”
El alcalde de Arecibo, Carlos Molina Rodríguez, a pesar de que admitió en entrevista con A Cuentagotas que visitó la comunidad hace aproximadamente un año, dijo que “el municipio no cuenta con los recursos” para poner en marcha el plan de mitigación.
FEMA establece que un plan de mitigación es “el proceso que utilizan los líderes estatales, tribales y locales para entender los riesgos que plantean los peligros naturales y desarrollar estrategias a largo plazo que reducirán los efectos de eventos”.
Además, este documento es requerido por FEMA para otorgar fondos de recuperación.
El borrador del plan de mitigación del municipio de Arecibo, de 2019, incluye todos los riesgos que podrían ser provocados por el cambio climático. Entre ellos sequías, terremotos, inundaciones, deslizamientos, vientos fuertes, tsunamis, erosión costera y marejada ciclónica.
“Cuando las personas están en una casa que tiene algún peligro, esas personas tienen que moverse a otro lado. Inclusive, hay una residencia allí [en barrio Obrero] en la que se les dijo que no podían estar”, dijo el alcalde. “Que tenían que buscar una casa adicional, o se le ayuda con Sección 8 o algo así. Cuando hay un peligro, se atiende con Sección 8 o cualquier otra de las agencias”.
Mientras, en entrevistas distintas, tanto el senador Ángel “Chayanne” Martínez como Molina coincidieron en que el plan de mitigación lo debe implementar el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

“Se pueden proveer algunos vales por Sección 8 para que esos residentes puedan ser reubicados en otras partes. De la misma forma, se ha mirado como segunda opción unas parcelas que están disponibles. Cederle esa parcela a esa persona y que, obviamente, donde está esa persona viviendo ahora mismo desaloje la casa y vaya a vivir en esa parcela”, añadió el representante.
Pese a que A Cuentagotas intentó comunicarse en múltiples ocasiones con Lourdes Portalatín, oficial de prensa del municipio, para obtener reacciones de parte de la Oficina Municipal de Manejo de Emergencias del Municipio de Arecibo, no respondió.
Miran de cerca la relocalización
Juan Morales y Carmen Coll coincidieron en que estarían dispuestos a relocalizarse de ser necesario. Morales, particularmente, recuerda cuando fue relocalizado del antiguo arrabal “La Playa” que se encontraba localizado en Arecibo a mediados del siglo 20.
Para Norma Peña Rivera, profesora en la Escuela Graduada de Planificación Urbana de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, para que la relocalización sea efectiva es importante que la comunidad y el gobierno trabajen en conjunto.
“Las relocalizaciones se han hecho muchas veces. Cuando estaban los arrabales y los relocalizaron a los residenciales fue un desastre desde el punto de vista social porque removiste a las personas de su lugar de identidad”, dijo Peña.

Al relocalizar, explicó que un factor que debe tomarse en cuenta es cómo el proceso afectará a los residentes a corto, mediano y largo plazo. Al evaluar los factores de riesgo, también se deben contemplar el cambio climático y los fenómenos que provoca en la región.
“Tenemos los centros urbanos vacíos, desde el punto de vista de urbanismo, sería un receptor», sugirió Peña.
«Los centros urbanos tienen un diseño compacto que es mucho más eficiente para lo que es el ofrecimiento de servicios e infraestructura. Vivir en un centro urbano tiene muchas ventajas desde el punto de vista gubernamental y social”, agregó.
Ojos ciegos a una zona erosionada
La erosión costera no es un fenómeno natural reciente en la zona: desde el 1950 el periódico El Mundo informaba sobre la erosión costera. En el ’51, una marejada provocada por un frente frío destruyó setenta hogares en Arecibo.
“Desde el 1940 se había identificado el puerto de Arecibo como una zona de erosión (costera). Esto se relaciona a las construcciones de varios de los muelles y las estructuras costeras que se utilizaron para el funcionamiento del puerto a principios de siglo, que causó que la hidrodinámica o la dirección del oleaje y las corrientes cambiaran”, explicó Maritza Barreto, directora del Laboratorio de Geomorfología y Planificación Costera de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.
A pesar de que el 60% de las playas en Puerto Rico han sido afectadas por la erosión costera según el DRNA, la experta en geología dijo que todavía se está a tiempo para establecerse un plan de mitigación.
“En la mayoría de estas zonas el problema es reversible, se puede trabajar”, planteó.
Si bien es cierto que Barreto expresó que no conoce una solución concreta para el fenómeno de la erosión costera, aclaró que se pueden establecer alternativas de protección como restaurar dunas y sacar rompeolas en desuso de la costa.
“Yo estoy a favor de que no se permitan nuevas construcciones [en la zona costera]», opinó Barreto. «Yo pienso que no se debe construir en toda aquella franja de la costa de Arecibo y de todos los municipios donde sea el alcance de la inundación por huracán categoría 5 y por la tasa de erosión”.
Juan Morales, entretanto, tiene presente que cualquier día puede “amanecer con el agua al cuello”. La calle Cruz Roja de barrio Obrero, en Arecibo, es la más cercana al océano, pero no siempre fue así. Hasta la década del ‘60 existían tres calles más que han desaparecido a causa de la erosión costera.
“Esto no dura par de años más, el mar se está acercando demasiado, y si llega a hacer una bravata como la que hizo, bye, bye esta calle completa. Estamos en la guerra”, puntualizó Morales.
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