Por: Jimmy Martínez Pou

El sonido vibrante de un “kihap” llena el aire de IDS Taekwondo Academy en Dorado, Puerto Rico, mientras que un grupo de niños, concentrados y decididos, ejecutan movimientos perfectos al ritmo de su maestro. En cada patada y cada golpe, hay más que solo habilidad física: hay lecciones de vida. 

En una época donde las distracciones, la violencia y la ansiedad golpean a los jóvenes, el taekwondo ofrece estructura, perseverancia, propósito y comunidad. Lo que muchos podrían ver como un simple deporte de contacto, para los taekwondistas es una disciplina que les enseña a canalizar sus emociones, a respetarse a sí mismos, a los demás y a descubrir su verdadero potencial. 

“El taekwondo ha cambiado a mi hijo, totalmente”, afirmó Jerry Martínez, padre de Jediel Martínez, profesor y árbitro nacional de taekwondo en la academia IDS. 

El testimonio de Martínez, quien lleva entrenando el deporte con su hijo por catorce años, refleja el impacto profundo que el arte marcial tiene sobre las vidas de quienes lo practican. 

“Se ha trabajado con él y lo han ido llevando paso a paso a tal punto que, cuando él estaba recibiendo terapias ocupacionales, se le disminuyó el tiempo por el beneficio que el taekwondo le ha traído físicamente”, continuó.

Entrenamiento de cinturones negros en el área de combate. Foto por: Jimmy Martínez

Más que un deporte, es una disciplina

En Puerto Rico, el taekwondo se ha consolidado como una herramienta integral en la formación de niños y jóvenes, debido a que promueve, no solo el desarrollo físico, sino también el emocional y social.

Según la página web del Colegio Del Valle, los beneficios del taekwondo en niños incluyen la mejora de la resistencia cardiovascular, fuerza muscular, flexibilidad, coordinación y reflejos. Además, se destaca el fortalecimiento de la autoestima y la capacidad para canalizar emociones de manera positiva.

Un estudio de la Universidad de Surrey, publicado en la revista Developmental Psychology, evaluó a 240 estudiantes de primaria de entre 7 y 11 años durante once semanas. Los resultados indicaron que los niños que practican taekwondo muestran una mejor capacidad de atención y autorregulación en comparación con aquellos que recibieron clases regulares de educación física.

Taekwondo: un  motor para el cambio social 

Más allá de los beneficios físicos, el taekwondo es un catalizador para el desarrollo social y personal de quienes lo practican. En Puerto Rico, este arte marcial ha ganado popularidad no solo como actividad recreativa, sino como una herramienta transformadora que promueve la integración comunitaria, la responsabilidad y el liderazgo entre niños y jóvenes.

El taekwondo, en su esencia, no solo se trata de aprender a luchar, pues los entrenamientos, los exámenes para cinturones y la participación en torneos ayuda a los jóvenes a trabajar en equipo, a superar miedos y a ser responsables de su propio progreso.

Según el Informe sobre Deportes Juveniles (Youth Sports Report) de 2022 de la Escuela de Salud Pública de Harvard, los niños que practican deportes como el taekwondo desarrollan con mayor frecuencia habilidades de liderazgo, colaboración y manejo de conflictos, cualidades esenciales para una convivencia sana en su entorno escolar y social. 

Este hallazgo se refleja en Camila Santos, estudiante de IDS Taekwondo Academy, quien, al convertirse en asistente de profesor, no solo fortaleció su carácter, sino que mejoró su liderazgo y su capacidad de interactuar con otros. Santos señaló que esta oportunidad le ayudó a desarrollarse socialmente y a sentirse más segura guiando a otros.

Otro ejemplo de ese impacto es el testimonio de Kiara Ponce, otra estudiante de IDS, quien recordó que, al comenzar el taekwondo, no socializaba y sentía inseguridad de hablar o de alzar la voz. Sin embargo, el arte marcial la obligó a salir de su zona de comodidad.  

“Una de las reglas del taekwondo es que hay que gritar, hay que soltarse”, relató. 

Debido  a ese recorrido, pasó de ser alguien que “no podía alzar la voz” a una joven con confianza en sí misma. 

La práctica constante del taekwondo en ambientes guiados por instructores comprometidos genera una red de apoyo entre compañeros, familias y entrenadores. Esta red fortalece el desarrollo social de los estudiantes y les permite crecer dentro de un ambiente seguro y motivador.

Jerry Martínez, Kiara Ponce y Camila Santos cuentan su experiencia en el taekwondo. Video por: Jimmy Martínez

Falta de visibilidad en los medios de comunicación 

No obstante, aunque los beneficios del taekwondo en la juventud son cada vez más evidentes mediante estudios, su presencia en los medios de comunicación y su reconocimiento social aún enfrentan grandes retos. 

Muchos taekwondistas, padres y entrenadores coinciden en que, a pesar del crecimiento del deporte en Puerto Rico, este sigue siendo invisibilizado por los canales tradicionales de difusión. La cobertura mediática se centra en deportes populares como el béisbol, el baloncesto o el boxeo, dejando al taekwondo —aun con sus logros internacionales— en un segundo plano.

“Pienso que si el deporte tuviera más visibilidad, muchas personas se animarían a participar de este deporte mucho más, porque es un deporte bien terapéutico, es un deporte muy bonito”, expresó Ponce.

La falta de visibilidad tiene consecuencias directas. Por un lado, dificulta la obtención de auspicios, becas o fondos públicos. Por otro, limita el acceso de nuevos estudiantes que podrían beneficiarse de esta disciplina si tuvieran mayor exposición a ella.

Santos, quien además es competidora universitaria, compartió cómo esta situación impacta incluso en niveles superiores. 

“Yo actualmente compito en la LAI y la falta de visibilidad nos afecta en la cantidad de personas en los equipos y la motivación de los mismos competidores”, expresó. 

Para ella, el reconocimiento también influye en la autoestima de los atletas. “No es lo mismo ganar una medalla de taekwondo, que se enteran dos o tres personas, a ganar una medalla en cualquier otro deporte”, añadió.

Además, Ian Belén, desde su experiencia como joven taekwondista, también reconoció  esa dura realidad: “El taekwondo no es un deporte famoso, y lamentablemente nos tenemos que acostumbrar a eso”.

La profesora, Ineabelle Díaz, desde su academia en Dorado, lucha día a día para mantener vivo el entusiasmo, trabajando desde las bases, creando comunidad y sembrando valores en cada sesión de entrenamiento. 

“Hay recursos, y aunque son mejores que antes, aún hay mucho espacio para mejorar”, declaró Díaz en una entrevista para The SpotLight.

Para leer la entrevista completa, haga click aquí.

El taekwondo como escuela de vida en Puerto Rico

En un país donde tantos niños y jóvenes enfrentan inseguridad emocional, presión social y falta de dirección, el taekwondo se presenta como una alternativa concreta, accesible y formativa. Si el respaldo institucional y mediático logra alinearse con el esfuerzo de quienes practican y enseñan esta disciplina, Puerto Rico podría consolidarse como una potencia no solo en medallas, sino en desarrollo humano a través del arte marcial.

Cintas negras, profesores y asistentes de IDS TAEKWONDO ACADEMY. Foto extraída: Facebook: Ineabelle Díaz

El taekwondo en Puerto Rico no es solo un deporte: es una escuela de vida. Detrás de cada uniforme blanco hay historias de transformación, niños que encuentran su voz, jóvenes que desarrollan liderazgo y comunidades que florecen desde la disciplina y el respeto. Sin embargo, estas historias siguen resonando en silencio, ignoradas por una cobertura mediática que aún no les da el espacio que merecen.

La evidencia, los estudios y los testimonios confirman que el taekwondo es una herramienta poderosa para el desarrollo físico, emocional y social de las nuevas generaciones. Pero para que ese impacto se multiplique, es necesario que, como sociedad, le demos visibilidad, respaldo y difusión. 

Tal vez ha llegado el momento de mirar más allá de los focos tradicionales, de escuchar ese “kihap” —el grito del taekwondo— que no solo rompe el silencio en el dojang, sino que también clama por ser escuchado allá afuera, en los medios, en las escuelas, y en el corazón de Puerto Rico.

Reportaje editado, para leer el original puede acceder a: Reportaje de Profundidad: «Karate no, mamá! Taekwondo» .

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