Por: Josué García Torres

En la vibrante manta de la diversidad cultural que es Puerto Rico, hay una comunidad que a menudo queda en el silencio, no porque carezcan de voz, sino porque el sistema no les proporciona las herramientas necesarias para que su voz sea escuchada. Esta es la Comunidad Sorda. En la isla del encanto, la falta de intérpretes para Sordos en el sistema educativo, por tomar uno como ejemplo, es una barrera que perpetúa la exclusión y limita el acceso a procesos equitativos.

Imagina por un momento entrar a un aula donde las palabras se convierten en murmullos ininteligibles, donde las expresiones faciales y los gestos de las manos son la única ventana al conocimiento. Esta es la realidad para muchos estudiantes Sordos en Puerto Rico. Sin intérpretes calificados que faciliten la comunicación entre los Sordos y el mundo auditivo, el aprendizaje se convierte en una batalla cuesta arriba, llena de frustración y desafíos insuperables.

La falta de intérpretes no solo impacta la experiencia educativa de los estudiantes Sordos, sino que también perpetúa un ciclo de exclusión y marginación. La educación es el gran igualador, el camino hacia la oportunidad y la realización personal. Sin embargo, cuando se niega a la Comunidad Sorda el acceso a una educación completa y significativa, se les está negando también el acceso a un futuro lleno de posibilidades.

Es fundamental comprender que la interpretación va más allá de simplemente traducir palabras de un idioma a otro. Se trata de construir puentes de entendimiento y crear un espacio inclusivo donde todas las voces puedan ser escuchadas y valoradas. Los intérpretes desempeñan un papel crucial en este proceso, sirviendo como mediadores culturales y lingüísticos que permiten que la comunicación fluya de manera clara y auténtica. En el sistema educativo no solo es una cuestión de accesibilidad, sino también de justicia social. Negar a los estudiantes sordos el acceso a intérpretes de calidad es negarles el derecho fundamental a una educación inclusiva y equitativa. Es hora de que reconozcamos y abordemos esta brecha en nuestro sistema educativo.

¿Cómo podemos avanzar hacia una solución significativa? En primer lugar, es crucial invertir en programas de formación y capacitación para intérpretes de Lenguaje de Señas Puertorriqueño (LSPR). Actualmente, la Universidad Ana G. Méndez en Gurabo, es la única institución educativa en Puerto Rico y el Caribe que ofrece una preparación formal a nivel de Bachillerato y Grado Asociado en el desarrollo profesional de Intérpretes en Lenguaje de Señas.

De igual manera, para el avance hacia una solución significativa se deben concientizar sobre los estándares de calidad y ética de dichos profesionales, así como crear oportunidades de mejoramiento profesional continuo. Pero, lo que para mí es más importante, es que debemos trabajar en estrecha colaboración con la Comunidad Sorda para comprender sus necesidades específicas y garantizar que los servicios de interpretación sean culturalmente sensibles y lingüísticamente precisos.

Es hora de que los diversos sistemas en Puerto Rico reconozcan y valoren la importancia de la accesibilidad para la Comunidad Sorda. La inclusión no es un lujo, es un derecho fundamental de todos. Al proporcionar intérpretes para Sordos, estamos dando un paso significativo hacia la creación de un sistema educativo verdaderamente inclusivo y equitativo para todos. Así, de igual manera en cualquier ámbito del ambiente biopsicosocial del Sordo.

En última instancia, la falta de intérpretes para sordos en el sistema educativo no solo es una injusticia, sino también una oportunidad perdida. Es una oportunidad perdida para aprender y crecer juntos como comunidad y sociedad. Es una oportunidad perdida para celebrar la diversidad y la riqueza de experiencias que cada uno de nosotros aporta al mundo. Es hora de que rompamos las barreras y construyamos un futuro donde todos puedan florecer, independientemente de su capacidad auditiva.


Nota: El término “Sordo” con la “S” mayúscula hace referencia a una persona que denota afinidad al lenguaje de señas y la cultura de la Comunidad Sorda. Es una persona que ve la pérdida auditiva como un elemento de identidad y no como un impedimento. Más esta forma de pensar no elimina las limitaciones reales a nivel comunicológico.


Josué García Torres es el director del Programa Educativo de Intérpretes y profesor del programa de Interpretación de Lenguaje de Señas de la Universidad Ana G. Méndez en Gurabo. Posee una trayectoria profesional de más de ocho años en el ámbito de la interpretación, desempeñándose como defensor, educador y facilitador de la Comunidad Sorda y personas con Diversidad Funcional.


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